No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


domingo, 29 de diciembre de 2013

Lo que es del César


Jesús de Nazaret lo dijo hace más de veinte siglos: “Dad al César lo que es del César”, pero la jerarquía eclesiástica, especialmente la de aquí, no pareció enterarse.
Por lo visto no es del césar legislar sobre la familia y el matrimonio y sobre los medios para evitar embarazos no deseados, que incidirán en el bienestar de la población y en el uso de la sanidad pública; ni es de los césares garantizar una educación pública para todos, ni liberar a la mujer del supuesto segundo plano que interpretan que le otorgan los evangelios (sé bien que católicos indiscutibles hacen una lectura diferente); ni debe de ser competencia del césar la distribución del erario público y la revisión de unos acuerdos con la Santa Sede que han cumplido ya treinta y cuatro años.
Todo esto también es de Dios y lo comprendo, porque Dios está en todas las cosas pero, creo que va siendo hora de que dejemos que la humanidad, compuesta por creyentes y no creyentes, que se organice como a los césares de turno les venga en gana.
Lo malo será cuando, como ahora, los césares de turno sean marionetas de quienes se creen portavoces de Dios y olviden las palabras del mismísimo Jesucristo.

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