No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


martes, 5 de julio de 2005

Tópicos


Siempre he tenido una especial aversión al uso de los tópicos en el lenguaje escrito; incluso en el hablado cuando se elabora con intención estética; por eso no me ha gustado ser pregonero y, al mismo tiempo, he considerado una cualidad que no poseo la facilidad de muchos escritores para engarzar frases manidas y piropos, y arrancar aplausos de quienes probablemente no leerían ni siquiera el mismo pregón.
En la publicidad es una técnica, pero de la primavera que llega antes a los grandes almacenes, se ha pasado a la primavera que entra con fuerza especial en determinadas localidades y, después, a las inmensas e inigualables playas, con clima único y a ese lugar que hay que descubrir. Esas afirmaciones, casi siempre falsas, no aportan nada más que un pretexto para la celebración del resultado que se persigue, que es llenar el tiempo con palabras. Y como el tiempo y la palabra son para mí tan importantes, no me he sumado nunca a ese ejercicio de retórica hueca por no violentarlos, y por no traicionarme.
Desde el punto de vista de los estudiosos, los temas y lugares comunes pueden ser muy útiles, pero no me estoy refiriendo a los ubi sunt, foedus amoris o carpe diem, sino a esa repetición de banalidades que pueden servir igual –y me consta que sirven- para un San Juan que para una Virgen de los Dolores. Esas retahílas de alabanzas, que tanto podrán oírse en las fiestas patronales, programas turísticos, publicaciones de abuelos y cargos públicos deberían servir para ridiculizarse y no para ser convocados en la siguiente edición del mismo evento.
Pero así son las cosas: De donde unos huimos, otros luchan por entrar; de lo que retrata la pobreza de la sensibilidad y del idioma, otros se ufanan y llenan currículum pegajosos y, en realidad, vacíos. ”Personas humanas”.

              El Correo de Andalucía, 05/07/2005

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