No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


martes, 7 de diciembre de 2004

Gabo: Sin prejuicios


Me había propuesto no escribir sobre Memoria de mis putas tristes; pensaba que no aportaría nada, que sería reiterativo. Y, a pesar de que sigo pensando lo mismo, me enfrasco en esta columna encomiástica hasta la veneración, para actuar como contrapunto a la memez y al desacierto de quiénes pueden impedir su lectura con la inconsciente exhibición de su ineptitud o su ceguera.
Seguramente hasta habría soportado, inmutándome sólo un poco, el artículo de una periodista consorte de periodista que, sin entender nada, arrojó su opinión tiznada de prejuicios, como si se pudiera, todavía, criticar un argumento por indecoroso, si éste lo fuera, sin detenerse en los gozos de la forma. Y habría callado, después de haber oído comparar precio y volumen, pero la complicidad de muy buenos lectores, que han calificado el relato de delicioso, la constatación de que el tributo a Kawabata es evidente en el epígrafe inicial y el recuerdo de que ”El avión de la bella durmiente” lo escribió García Márquez en junio de 1982, meses antes de la concesión de su Nobel y lo recogió diez años después en Doce cuentos peregrinos, han sido suficientes para que manifieste mi admiración por esta pequeña muestra del arte de narrar.
Como ya ha dicho Álvaro Mutis, es una continuación, “uno tiene la impresión de que él sólo ha escrito un libro en diversos capítulos, con diversos títulos”. Y se refiere, sobre todo, a la relación entre el protagonista nonagenario y Florentino Ariza, de El amor en los tiempos del cólera.
Independientemente de las recurrencias temáticas, el texto alcanza un nivel altísimo en las descripciones y en el mimetismo con las variedades lingüísticas de la zona. “La moral es un asunto de tiempo”, puede leerse; a lo mejor olvidar las ñoñerías, también.
El Correo de Andalucía, 07/12/2004

No hay comentarios:

Publicar un comentario