No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


domingo, 4 de junio de 2023

TRES COSAS ME TIENEN PRESO


Baltasar de Alcázar, que nació en Sevilla, allá por el 1530, dejó escritas unas redondillas satíricas que, por motivos diversos me vuelven hoy a la memoria: ”Tres cosas me tienen preso/de amores el corazón,/la bella Inés, el jamón,/y berenjenas con queso”.

Y es que la bella Inés, de los Arrimadas de toda la vida, que vivió en Barcelona, donde luchaba y enamoraba no solo a los aborígenes, sino especialmente a los charnegos y habitantes de las demás Españas de ahora, se mudó a la política nacional y, con ello, fijó su residencia en Madrid.


Se fue a pregonar en el Congreso lo que una mayoría de parlamentarios ya conocían y no lo hizo, según sus palabras, porque fuera a abandonar Cataluña, sino porque pretendía defenderla desde la capitalidad y, de camino, arropar a mosén Albert, líder carismático de Ciudadans, de Ralph Lauren, Hugo Boss y Emidio Tucci.


El tiempo que representó al partido más votado de las elecciones catalanas de 2017 no hizo ni propuesta de candidatura a presidir la Generalitat, porque las cuentas no le salían frente a los nacionalistas, ni hizo oposición, ni nada de nada. Después, su jefe no quiso ser vicepresidente del gobierno y quedó abducido por la música de Malú; y entonces ella luchó contra los de fuera y los de dentro, hasta este desastre anunciado, como reza el título de la obra de García Márquez, crónica y todo.


En cuanto al poema del comienzo, el poeta sigue narrando que Inés le absorbía de tal manera que todo lo que no era ella le parecía aborrecible, hasta que en una ocasión le dio de merendar jamón y berenjenas con queso. Pues lo mismo les ha pasado a algunos ciudadanos, que durante casi siete años -y no uno, como en los versos-, pensaban y sentían, ingenuos, que la figura y la oratoria de Inés les llevarían al éxito que tanto en Barcelona como en Madrid habían tenido al alcance de la mano.


Nuestra Inés se ha ido apagando entre frases ingeniosas, como la que le espetó a P. Sánchez: "Quiere pasar a la Historia; pero pasar a la Historia no siempre quiere decir haberlo hecho bien", o la más profética: "Es un bendito problema que me comparen con Albert Rivera". Estoy de acuerdo, pero ahora sería mejor quitarle el adjetivo. 


Pues, mire usted, llegados a este punto, donde se pongan unas buenas berenjenas con queso, que se quiten las palabras, el centro, las políticas pacatas, los disfraces, las ambiciones y la falta de ganas. Para que luego digan que la poesía de los siglos de Oro no está de actualidad.


                        sevillainfo.es, 4/6/2023

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