El
jueves, en la ceremonia de entrega de los premios de las
Olimpiadas Científicas, que se celebran en el Paraninfo de la
Universidad hispalense, me hicieron una entrevista para una
televisión local y, cuando me han mandado el vídeo, me he dado
cuenta de que he resumido la mayoría de las inquietudes del
profesorado, especialmente el no universitario.
Dije que me sentía muy
orgulloso y satisfecho por los seis
premios que
habíamos recibido, que reconocen
el esfuerzo del alumnado y del profesorado de la escuela pública,
cuyo prestigio se intenta menoscabar con declaraciones y
clasificaciones, aparentemente sin intención, ocultando grandes
verdades y manipulando los parámetros comparables (bueno, esto lo
dije en privado); recordé que entre quienes representarán a España
en Bombay, en la fase internacional de las olimpiadas de Física,
habrá un alumno andaluz que, junto con otros andaluces, una alumna
de Huelva, por cierto, han conseguido varias medallas en las fases
nacionales.
Después,
indiqué que este
tipo de eventos también suponen una motivación necesaria para los
docentes de la
enseñanza pública, "castigados" por las vicisitudes
políticas, económicas, los continuos cambios en la normativa
educativa y, sobre todo, por la falta de reconocimiento social del
trabajo y la responsabilidad de su profesión. E insistí
en que la palabra motivación es la llave mágica de cada aula, de
cada foro y de cada centro educativo.
Me
preguntaron por los resultados en las pruebas PISA (sin percatarse de
que estos premios no retratan un nivel general, sino una minoría
imprescindible) y, hablando de recetas, ya que estamos con la cocina
en todas partes, les hablé de trabajo, esfuerzo e ilusión. Dije que
muchos creíamos en esta juventud que otros malvenden y que con
improvisaciones normativas, falta de apoyo a los equipos directivos y
sin un gran pacto por la educación no iríamos a ninguna parte.
Pues
hoy, considerado en frialdad, lo suscribo todo y añado trabajo
colaborativo, nuevas tecnologías, formación del profesorado y una
jícara o una arroba, depende del caso, de participación familiar en
los centros, pero toda la tribu fuera de ellos.
Ah,
el título pertenece a la frase de Antonio Machado “En cuestiones
de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda; solo se gana
lo que se da”. Pues eso.
HuelvaYa.es,
13/06/2015
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