No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


lunes, 23 de octubre de 2023

FINGIMIENTO


Hace unos días volví a oír cómo se denostaba la idea del fingimiento en la poesía, que ya expresó el Marqués de Santillana: “¿E que cosa es la poesía […], syno un fingimiento de cosas utiles, cubiertas o veladas con muy fermosa cobertura..?

Sin entrar en disquisiciones sobre la "fermosa cobertura", nuestro contemporáneo Fernando Pessoa parece insistir en ello con estos versos: "O poeta é um fingidor/Finge tão completamente/que chega a fingir que é dor/a dor que deveras sente (El poeta es un fingidor/ Finge tan completamente/ que hasta finge que es dolor /el dolor que en verdad siente).

El poema es muy conocido, especialmente esta primera estrofa; en ella, habla de la imaginación, la fantasía, la realidad particular, la ensoñación, la fabulación, el oficio y el desdoblamiento del autor y del protagonista poemático. Pero el poema continúa.


En primer lugar, rara vez se cita su título: “Autopsicografia” que podría entenderse como la descripción psicológica de un estado del ánimo o del espíritu, hecha por el mismo autor; lo que llevaría a pensar que se trata de la concreción de un instante creador, reflexivo y consciente, que derivará en una confesión y un descubrimiento agónico del mundo en las estrofas siguientes.

"E os que lêem o que escreve,/na dor lida sentem bem,/não as duas que ele teve,/mas só a que eles não têm" que, entre sus variadas traducciones, he optado por:"Y quienes leen lo que escribe/ sienten, en el dolor leído,/no los dos que el poeta vive/sino aquel que no han tenido". Es decir, el poema es capaz de crear un sentimiento nuevo y distinto en el lector, más allá del que pudiera tener previamente; el verso es en sí mismo un generador de emociones y de sentimientos que, falsas o verdaderos, embargan y dominan a quienes de veras han sido capaces de entender la poesía como un rapto momentáneo.


Pero lo que se podría considerar como una aproximación a su Poética se culmina con la tercera cuarteta, que dice así: "E assim nas calhas de roda/gira, a entreter a razão,/esse comboio de corda/que se chama coração" (Y así va por su camino,/distrayendo a la razón,/ese tren sin real destino/que se llama corazón). Obsérvense los términos distracción, destino, razón y corazón, estos últimos constituyentes de una de las antítesis literarias que más se conocen, al igual que sentir y pensar, o imaginación y conocimiento. 

Lo que el poeta plantea es, en realidad, una unión indisoluble, ya que ese tren-corazón que camina sin saber adónde, por unos extraños raíles, lo que hace es entretener a esa cabeza que, de no ser por la ficción y la poesía no llevaría a otro destino que al de hacernos continuas preguntas, todas ellas sin respuesta.


La existencia humana ha necesitado desde siempre de lo que no se comprende, de lo que no se calcula, de lo que llena ese algo indefinible que no está en el cerebro, de aquello que, sin ser de nuestra cosecha, emociona, hace sentir alegría, tristeza, conmiseración, empatía, pena o solidaridad; por esto, el arte empezó con el hombre; igual que los mitos y la belleza, para entretener a la razón, esa cuerda indomable.


Denostar lo que no es una expresión filtrada de lo que el autor cree que es verdad, no deja de ser una versión estrecha del ser humano y de la propia literatura.

      

                           Luz Cultural, 23/10/2023





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