No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


viernes, 24 de marzo de 2023

Los muy eméritos

He tenido la suerte de compartir cinco horas con mi maestro, tutor de mi tesis y amigo. Su edad está muy próxima a la del sr. Tamames y ambos comparten una envidiable claridad mental, lo que les lleva a dar consejos a todo el mundo; el segundo al Parlamento y el primero a quienes asistimos a la presentación de su último libro, que se celebró con tanto público, que tuvimos que cambiarnos de aula, en la facultad que fue y es su casa, como dijo el vicedecano en su intervención.

Con estos grandes maestros ocurre algo muy curioso y es que, no estando de acuerdo con lo que pregonan, seguimos aprendiendo de ellos y respetándolos.




En el caso de los poetas, filólogos, estudiantes y público devoto que asistimos a la presentación de estos "45 poemas y dos relatos" las sugerencias vinieron primero; las advertencias, después y, finalmente, las amonestaciones y la expulsión del grupo de los poetas auténticos a quienes no seguimos su camino, que es el único verdadero.

Y es que la senectud tiene estos riesgos y esta libertad, se puede decir lo que a uno le parezca oportuno, aunque en el caso de quien nos ocupa esta libertad la haya ejercido siempre.


Los poetas defenestrados nos quedamos tan panchos porque el que menos ya lleva una larga y cualificada trayectoria fuera del Parnaso, pero los jóvenes aspirantes qué harán ahora si no saben o han decidido no escribir sonetos. 

No he mencionado el nombre de mi profesor, que cuenta con toda mi admiración, porque deseo, como hacen los muy eméritos, elevar esta reflexión a la categoría de general; y por mesura y porque sé que no me leerá esta vez tampoco.

       
     sevillainfo.es, 25/3/2023

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