Hay que reconocer que los periodistas deportivos tienen su mérito. Me refiero a los futboleros. Deben hablar o escribir a diario sobre un grupo de supuestos atletas que ejercen como tales noventa minutos –el que más- cada cuatro días. Como no tienen nada que contar analizan al detalle las jugadas, crean dudas donde no las hay y ya, en el colmo de sus afanes de supervivencia, nos hablan del masaje matutino y predicen en cada ocasión lo mismo que habían hecho anteriormente.
Lo más grave ha llegado con la aparición de 'El Chiringuito de', donde adultos muy adultos se comportan como niños maleducados casi siempre e imitan los peores usos de la peor cadena, que no es la suya, además. Como no he sido capaz de ver el programa entero, lo he comentado con quien sí lo aguanta y me dice que hacen performances y que incluso interpretan un papel. Por lo poco que he visto, no hay roles, sino ausencias, muchas ausencias y no físicas, precisamente.
Ahora tienen carnaza con lo del Barçagate, pero cuando no pasa nada importante se dedican a enemistarse entre ellos por cualquier tontería. Y, lamentablemente, tienen mucha audiencia, lo que dejo al lector que lo interprete.
Hay que tener en cuenta que los mejores beneficios de su trabajo, como son los viajes y las primas no dependen de ellos, sino de quienes van en calzones por el campo, el campo de juego, por supuesto. Si no ganan, no viajan; si no se clasifican para un europeo o un mundial, ellos se quedan en sus emisoras, contando que se rumorea que quizá alguien vaya algún día a ver a Messi o no y pueda decirse si va o no a volver de Argentina el día señalado o no, por ejemplo. Es como si clonaran a Roberto Brasero para el deporte.
Como se verá no he dicho ni pío de los usos lingüísticos, más que nada como autodefensa y porque eso daría para un pequeño tomo de barbaridades. En fin, que les deseo mucho trabajo durante mucho tiempo, ya que por muchas razones veo los partidos sin voz y tiene que haber colores para todos los gustos, dicen, ¿no? Pues bueno.
sevillainfo.es, 24/02/2023
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