No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.

Salinas, P: La voz a ti debida, 1933


miércoles, 21 de diciembre de 2022

TREGUAS


En 1977 se publicaba una antología titulada "8 poetas onubenses", del Club de Escritores. Incluía un poema titulado "Tregua de Navidad" que, cada año, viene a mi memoria porque entonces y ahora me llamaba enormemente la atención que unos soldados, en pleno y siempre forzoso combate, llegaran al acuerdo de suprimir los disparos para acordarse de la familia, recibir alguna visita importante, beber con moderación y rezar. Eso sí, en el plazo acordado, todos de nuevo a matarse, que para eso estaban allí y debían mantener su ardor guerrero. 

El poema me lo inspiró la visita de Bob Hope que, por si no se recuerda, era un actor y cómico famosísimo de la década de los setenta, que fue a distraer a los soldados americanos, mientras descansaban de aniquilar vietnamitas. Y esas pausas, esos brindis absurdos en el campo de batalla se han repetido muchas veces. 


La tregua de Navidad más conocida es quizá la que ocurrió durante la segunda guerra mundial, cuando las tropas alemanas decoraron sus trincheras y se pusieron a cantar 'Noche de paz', en alemán, claro. Las tropas enemigas respondieron cantando villancicos en inglés. Después, no sé si todos los países enfangados en tropelías parecidas han tenido sus momentos de gloria, o de estupidez, aunque nosotros sí: Marta Sánchez actuó ante las tropas españolas desplegadas en los Emiratos Árabes, en la primera guerra del Golfo y, para más memez, la canción se llamaba 'Soldados del amor'.


En realidad todas las treguas son así, uno cree que se olvida, que todo puede cambiar después del último día, del último sorbo pero, por lo general, nada cambia. De hecho, las navidades son en sí mismas una tregua de la que se espera despertar más ricos, más descansados, con mejores intenciones y más felices, pero las ilusiones se les acaban a los niños el día siete y a los adultos poco después, cuando con mucha salud se vuelve al mismo trabajo, a los mismos problemas y a la misma realidad, con Rusia, violencias machistas y políticas ineficaces. 

De cualquier forma, todas las guerras, especialmente las interiores, merecen un paréntesis, por si mientras tanto se consigue reflexionar, que ya es algo importante.


                            sevillainfo.es, 21/12/2022



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